Odontopediatría
El principal objetivo durante el tratamiento dental es dirigir a niño para que su actitud sea positiva frente al tratamiento. Consiguiendo su cooperación y confianza podremos crear un buen ambiente dental y lograr que el niño se lleve una buena experiencia formando así una base para futuras interacciones positivas con el odontólogo y el equipo instrumental odontológico.
La Sociedad Española de Odontopediatría recomienda que la primera visita aproximadamente a los 3 años de edad.
En esta primera visita, el Odontopediatra examinará los dientes, las encías y la mandíbula del niño para comprobar si hay algún problema. Además, los padres recibirán información acerca de la dieta no cariogénica, de la higiene bucal y del manejo de ciertos hábitos bucales como el chupete y la succión digital.
Puntos estratégicos de orientación temprana sobre salud oral infantil:
- Fomentar la lactancia materna hasta el 6º mes de vida.
- Si el niño se queda dormido mientras es alimentado, limpiar sus dientes antes de acostarlo.
- Utilizarse sólo como vehículo para la fórmula artificial.
- No agregar ningún tipo de azúcar o edulcorante.
- Desaconsejar el biberón nocturno después de la erupción de los primeros días.
- Si el niño se queda dormido mientras es alimentado, limpiar sus dientes antes de acostarlo.
- El biberón debe abandonarse progresivamente a partir de los 12 meses y definitivamente cuando erupcionen los molares.
- Debe ser anatómico, retirarlo progresivamente a partir de los 12 meses, y definitivamente hacia los 2 años.
- Desaconsejar ciertos hábitos, como compartir utensilios con el bebé, limpiar el chupete con la saliva, soplar sobre la comida o besar en la boca.
- Evitar toda fuente de azúcares fermentables, especialmente durante los primeros 2 años de vida.
- Informar y evitar el consumo de “azúcares ocultos” y azúcares de consistencia pegajosa.
- Evitar tomar alimentos azucarados entre las comidas.
- Debe realizarse por los padres hasta que el niño sea autónomo (6-8 años).
- Antes de la erupción de los primeros dientes ,empezar con la higiene bucal, al menos una vez al día, preferentemente después de cada toma de leche con una gasa húmeda.
- Después de la erupción de los primeros dientes, empezar con la higiene una vez al día con un dedal de silicona o un cepillo dental infantil sin dentífrico.
- Después de la erupción de primeros molares, utilizar cepillo dental infantil.
- Usar hilo dental cuando ya exista contacto entre los dientes.
- No utilizar ninguna pasta dental con flúor hasta los 2-3 años por riesgo de fluorosis.
- Utilizar pasta con 500pm de flúor en niños de 2-3 años de edad.
- Cantidad equivalente a un guisante.
- Utilizar pasta con mayores concentraciones de flúor en niños mayores de 7 años.
- Según en nivel de riesgo, edad y concentración de fluór en el agua de consumo diario, el odontopediatra y/o pediatra decidirán la dosis de flúor sistémico.
- El odontopediatra y el pediatra deben decidir sobre el tipo de administración y frecuencia,en función el riesgo de caries.
Los problemas más prevalentes con respecto a la salud bucal en los niños en edad preescolar son la caries, afectaciones dentales por traumatismos y alteraciones en el crecimiento y desarrollo bucodental.
Odontopediatría y PADI

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PREGUNTAS FRECUENTES
Desde que aparecen los primeros dientes se debe visitar al dentista, en general a los seis meses de vida, para poder mantener una boca sana y recibir un asesoramiento dietético e instrucciones de higiene. Detectar tempranamente caries, mala colocación de dientes y malos hábitos como el chupete o la succión de dedos que alteren el crecimiento y desarrollo de los dientes y maxilares.
Las consultas de revisión tienen enorme importancia en la infancia. Las revisiones en esta etapa deben realizarse a partir de los cuatro años y con una frecuencia mínima de una vez al año dependiendo de cada caso.
Son importantes para la masticación y la fonación. Hay riesgo de dolor y de infecciones en la boca que pueden alterar gravemente la salud del niño. Evitar daño en los dientes definitivos. Mantener el espacio donde van a salir los dientes definitivos, si se pierde el espacio, los dientes definitivos pueden salir torcidos o quedarse retenidos dentro del hueso. En caso de perder un diente de leche hay que poner un aparato que mantenga este espacio hasta que salga el diente definitivo.
Es un tipo de caries de avance rápido y muy destructivo que afecta a los dientes a medida que van apareciendo en la boca. Su incidencia está aumentando y se produce en general por la ingesta de leche o papillas por los niños durante la noche sin control por parte de los padres.
En general se produce a los seis años. Este recambio se hace en dos fases, entre los seis y los ocho años se cambian los cuatro incisivos superiores e inferiores y aparecen los primeros molares definitivos; y entre los diez y doce se cambian el resto de dientes. Hay que hacer hincapié en que la aparición del primer molar definitivo detrás de los molares de leche puede pasar desapercibido y muchos padres creen que es un diente de leche y con mucha frecuencia tienen caries tempranas.
Un golpe puede causar daños importantes tanto en los dientes de leche como en los definitivos, pudiendo llegar a producir la salida completa de los mismos. Lo primero que tenemos que hacer es acudir al dentista para que este evalúe la gravedad del traumatismo, y en caso de caída un diente, lo ideal es manipularlo lo menos posible y transportarlo con mucho cuidado conservándolo en suero o leche.
- Guiar el correcto crecimiento de los maxilares.
- Regular la anchura de las arcadas.
- Llevar a los dientes definitivos a su lugar correcto.
- Reducir el riesgo de problemas con los incisivos superiores.
- Corregir malos hábitos, como el del chupete y succión de los dedos.
- Reducir los problemas de habla.
- Mejorar la apariencia y la autoestima.
- Simplificar la intervención de una segunda fase de tratamiento posterior.
- Reducir el riesgo de dientes incluídos (dientes que deberían haber salido y no la han hecho).
- Preservar o guardar el espacio necesario para los dientes definitivos.
Lo ideal es hacer revisiones cada tres o seis meses, siendo el dentista el que indicará la frecuencia dependiendo del riesgo de caries del niño.