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Cómo ayudar a tu hijo a dejar de chuparse el dedo

Niños que se chupan el dedo, ¿cuándo es perjudicial?

Chuparse el dedo, al igual que succionar un chupete, es un hábito al que recurren los bebés como método para autosatisfacerse, vencer el aburrimiento o buscar el sueño. Aunque se considera un acto natural y reflejo del niño en sus primeros años de vida, la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) considera que llevarse el pulgar a la boca es «bastante más peligroso» que el chupete, por el riesgo de infección que puede conllevar chupar un elemento que está en contacto permanente con agentes contaminantes.

Además de este peligro, los perjuicios más notables de succionar un dedo se producen cuando el hábito se prolonga en el tiempo y se mantiene más allá de los tres o cuatro años. Algunos estudios apuntan que el 12,5% de los menores de entre tres y cinco años aún se chupan el dedo.

Si esta costumbre se prolonga en el tiempo, los expertos recomiendan intentar eliminar este hábito lo más temprano posible, ya que, al contrario que el chupete, que se puede retirar sin más, el dedo no puede «desaparecer». La erradicación de este hábito, por tanto, requiere una intervención más activa y firme por parte de los progenitores. Los especialistas aconsejan intervenir para quitarlo a partir de los tres o cuatro años.

La succión digital, además, implica otros perjuicios importantes para los pequeños cuando se prolonga, como el mal alineamiento de los dientes, problemas fonéticos y de pronunciación, alteraciones en los dedos e incluso trastornos emocionales, afirman los expertos.

A continuación se ofrecen tres pasos para que el niño deje de chuparse el dedo.

Paso 1. Niños que se chupan el dedo: identificar las causas

Chuparse el dedo es un problema de comportamiento en el pequeño o de actitud y, como tal «se debe tratar», señala el odontólogo José María Ponce de León. La primera pregunta que deben hacerse los padres es por qué se chupa el dedo el niño y qué circunstancia es la que provoca en la mayoría de los casos que se lleve la mano a la boca. Las situaciones más habituales que llevan a la succión digital son las siguientes:

Para conciliar el sueño cuando el pequeño está cansado. En este caso, los especialistas aconsejan darle otro objeto o estímulo que le reconforte a la hora de dormir, como un peluche o su muñeco favorito.

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Para tranquilizarse en momentos de ansiedad o nerviosismo. Los padres deben buscar vías alternativas para calmar a su hijo en estas circunstancias: un simple abrazo o caricia o charlar con él y atender a sus miedos puede resultar efectivo.

Como un acto reflejo del niño ante el aburrimiento. Existen numerosas alternativas para distraer al pequeño en caso de que esté aburrido y, por ello, se lleve el dedo a la boca. Lo aconsejable es proporcionarle distracciones que impliquen el uso de sus manos, con el fin de que de forma instintiva no recurra a ellas durante el juego.

Paso 2. Niños que se chupan el dedo: modificar la conducta

Cuando el menor ya es capaz de comprender lo que se le dice, los expertos recomiendan a los padres que acudan al odontopediatra para que explique a niños y adultos los efectos nocivos y les anime a abandonar este hábito. Esta información suele ser suficiente para que la gran mayoría de los pequeños deje de chuparse el dedo.

No obstante, es necesario el apoyo de los padres. Los especialistas aconsejan que no opten por ridiculizar o castigar al niño cuando se chupe el dedo, sino que recurran a las técnicas que ayudan a modificar las conductas infantiles. Una de las más efectivas es el refuerzo positivo, es decir, premiar al menor cuando actúe de forma adecuada. Para ello, los adultos pueden hacer uso de una tabla de puntos para niños, que representará para el pequeño un agradable estímulo para dejar de succionar el dedo.

Paso 3. Remedios caseros para no chuparse el dedo

El refuerzo positivo puede complementarse con algunos recursos disuasorios que ayudarán al pequeño a abandonar el mal hábito de chuparse el dedo. Son algunos remedios caseros cuya función es recordar al niño que llevarse el dedo a la boca no es bueno para él.

Los utilizados con más frecuencia son los siguientes.

  • Poner una tirita o un trozo de esparadrapo en el dedo pulgar.
  • Mojar el dedo en vinagre o zumo de limón.
  • Untar la uña con esmalte amargo. Esta sustancia inocua debe adquirirse en farmacias y se recomienda no administrar en menores de 30 meses.
  • Cubrir el pulgar con parte de un guante.

 

Fuente: Consumer

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