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Sedación consciente ¿Qué es?

¿Qué es la sedación consciente?

Es una técnica anestésica en la que se administra a los pacientes que lo precisen la combinación de uno o varios medicamentos que provocan una leve depresión del sistema nervioso central. El paciente no pierde del todo la conciencia y mantiene el contacto verbal con el odontólogo, ya que se necesita de su colaboración durante la realización de los tratamientos (abrir la boca, morder, tragar saliva y poder toser para evitar posibles obstrucciones de la vía aérea superior).

El paciente entra en un estado de relajación, bienestar y ligera somnolencia que le permite tolerar el tratamiento dental al cual se somete. La sedación consciente refuerza el control analgésico que el odontólogo realiza con la infiltración de anestésicos locales en la cavidad oral.

Niveles de sedación

La Asociación Dental Americana (ADA) define a través de unas guías (2012) los niveles de sedación que se pueden emplear en los procedimientos dentales:

  • Sedación mínima. Depresión farmacológica mínima del nivel de consciencia, sin efectos cardiovasculares, que permite al paciente mantener la capacidad de respuesta normal ante estímulos verbales y táctiles (no dolorosos). Los fármacos usados deben tener un margen de seguridad suficiente como para no permitir inducir una pérdida de consciencia no intencionada.
  • Sedación moderada. Depresión farmacológica del nivel de consciencia durante la cual el paciente responde adecuadamente ante estímulos verbales, a veces acompañados de ligeros estímulos táctiles. El paciente mantiene una respiración espontánia y no hay alteraciones cardiovasculares. Los fármacos usados deben tener un margen de seguridad suficiente como para no permitir inducir una pérdida de consciencia no intencionada.
  • Sedación profunda. Depresión farmacológica del nivel de consciencia durante la cual el paciente solo responde adecuadamente ante estímulos físicos, incluso dolorosos. Puede existir alteración en la capacidad de mantener la función respiratoria, aunque la función cardiovascular normalmente se mantiene inalterada.
  • Anestesia general. Pérdida de consciencia por vía farmacológica durante la cual el paciente no reacciona ni ante estímulos dolorosos. Se requiere frecuentemente la protección de la vía aérea y la ventilación asistida manual o con respiradores. La función cardiovascular puede verse también alterada.

La Sedación Consciente realizada por anestesiólogos se encuadra en los dos primeros niveles de sedación (mínima y moderada).

Sedación consciente

Tipos de sedación

Podemos clasificar el tipo de sedación en función de la vía de administración en:

  • Sedación oral. La medicación oral administrada (benzodiacepinas) se puede administrar la noche anterior al tratamiento y 1 hora antes del mismo. La sedación obtenida con este método es menor.
  • Sedación inhalatoria. Se administra un gas anestésico denominado óxido nitroso (N2O) comúnmente conocido como el “gas de la risa” mezclado con oxígeno. Se precisa de una máscara nasal, de un circuito de tubuladuras para su administración y de una máquina que realice la mezcla de N2O y oxígeno. Tiene efectos narcóticos y analgésicos pero no consigue alcanzar un grado de confort tan importante como la sedación endovenosa. Además la dosis administrada al paciente puede ser bastante errática y sus efectos adversos en caso de intoxicación (mezcla superior al 40% de NO2) pueden ser graves. Es un gas en desuso desde hace bastantes años en los quirófanos por estos motivos.
  • Sedación endovenosa. Es la que realizamos los anestesiólogos, siendo el “Gold Standard” de la sedación. Administramos bajo monitorización cardiovascular y respiratoria, fármacos ansiolíticos e hipnóticos que proporcionan una sedación muy confortable y segura. Es una sedación dinámica en la que modulamos el grado de sedación en función de las necesidades del paciente y del odontólogo. También administramos otros fármacos: antiinflamatorios, corticoides y antibióticos.

Es la sedación que sus pacientes solicitarán.

¿Qué ventajas tiene?

  • Disminuye o elimina los recuerdos negativos y estresantes del paciente, aportando mayor confort a los tratamientos.
  • Ayuda a conseguir un mejor ambiente de trabajo en la clínica.
  • Agrupar varios tratamientos en una misma sesión de trabajo.
  • Disminuye el númeor de visitas que el paciente realiza a la clínica.
  • Aumenta la seguridad del paciente durante el tratamiento gracias a la monitorización practicada y a la presencia del anestesiólogo.
  • Actúa como coadyuvante consiguiendo un mejor control del dolor postoperatorio.
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¿Existe algún riesgo?

La realización de cualquier acto médico siempre puede tener efectos adversos o indeseables. La sedación consciente no es una excepción, ya que transita de forma paralela con la anestesia general (sedación inconsciente). Los posibles riesgos son:

  • Reacciones alérgicas a los fármacos administrados
  • Pequeñas aspiraciones de secreciones a nivel pulmonar
  • Hipoxemia por hipoventilación
  • Obstrucción vía aérea por cuerpos extraños (material utilizado durante el tratamiento odontológico)
  • Reacciones del sistema nervioso autónomo (parasimpático) ante estímulos dolorosos (mareo, sudoración, palidez, hipotensión).

A pesar de su teórica existencia los riesgos mencionados no suelen aparecer prácticamente nunca y en caso de que apareciesen la presencia de los anestesiólogos en la clínica dental garantiza una rápida y segura resolución de los mismos.

¿Existen contraindicaciones?

La idoneidad o la contraindicación para que un paciente pueda realizarse una sedación consciente la realizará el anestesiólogo tras una evaluación de la historia clínica y una anamnesis del paciente. Para ello disponemos de un cuestionario pre-anestésico que el paciente deberá rellenar previamente a la aceptación de la sedación y que servirá para establecer su riesgo anestésico según la clasificación que la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA) estableció en 1961:

Clasificiación ASA de riesgo pre-operatorio:

  • ASA I. Paciente sano sin enfermedades.
  • ASA II. Paciente con enfermedad sistémica bien controlada que le permite realizar cualquier tipo de actividad (Ej: diabetes, HTA, dislipemia, HTA controlada, etc).
  • ASA III. Paciente con enfermedad sistémica grave que limita parcialmente su actividad diaria (Ej: enfermedad pulmonar importante, cardiopatía isquémica severa, etc).
  • ASA IV. Paciente con enfermedad incapacitante que puede suponer una amenaza para la vida del paciente (Ej: peritonitis aguda, insuficiencia cardíaca descompensada, realización de diálisis, etc).
  • ASA V. Paciente moribundo que no responde a ningún tratamiento médico y que se prevé su muerte en poco tiempo.
  • ASA VI. Paciente con diagnóstico de muerte encefálica que puede ser donante de órganos.

Los pacientes idóneos para poder realizarles una sedación consciente son los ASA I y II. Los ASA III deberán ser evaluados de forma individualizada por el anestesiólogo. Los clasificados a partir del ASA IV tienen contraindicación absoluta para realizarse una sedación consciente.

Material utilizado

Aportamos todo el material necesario para la práctica de sedaciones conscientes:

  • Material de venoclisis
  • Sueroterapia, apósitos, llaves de 3 pasos
  • Medicación sedante e hipnótica
  • Fármacos antagonistas de los efectos de los sedantes
  • Medicación cardiovascular y de control de reacciones anafilácticas
  • Analgésicos y corticoides
  • Pulsioxímetros portátiles
  • Material para el manejo de la vía aérea
  • Medidores de glicemia capilar
  • Tensiómetros
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